Palermo, Sicilia, 30 y 31 de mayo de 2023. Las actividades regionales del Faro para recuperar los mares Mediterráneo y Negro, gravemente afectados, reunieron en el Parlamento regional, el Palazzo dei Normanni, a representantes de países, regiones, ciudades, islas, puertos, pesquerías, instituciones educativas y de investigación y proyectos. La espléndida Sala d'Ercole fue sin duda un lugar de prestigio en lo que fuera el palacio real de Federico II, con raíces de asentamientos fenicios y púnicos recuperados en sus cimientos y hoy Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en reconocimiento a más de 2000 años de intercambio humano y cultural a través del Mediterráneo.
Con las declaraciones de apertura, entre otros, de Pascal Lamy, Presidente del Consejo de Misión "Restaurar nuestros océanos y aguas", a lo largo de estos dos días se hizo hincapié en mostrar el compromiso político de un amplio abanico de partes interesadas, unidas por sus intenciones de restaurar y proteger mejor el Mediterráneo. Varios funcionarios de Bruselas enumeraron los numerosos programas de financiación y los millones y millones de euros que se pueden obtener para llevar a cabo la misión de recuperación. Como suele decirse, el dinero es la savia de la guerra, pero son las personas y sus organizaciones las que hacen que las cosas sucedan. Un impresionante elenco de oradores ilustró, cada uno desde su respectiva perspectiva, de gobierno local o central, autoridad portuaria, representantes de la navegación o investigadores de distintos campos, su percepción de los retos y de lo que ya se está haciendo.
La moderadora, Katrina Sichel, necesitó toda su habilidad y energía para mantener reunida a esta amplia mezcla de personas durante toda la duración centrada en la misión de devolver a los mares su salud de antaño. La disposición clásica de los asientos, con filas fijas para el público y una tribuna elevada, así como los asientos normalmente reservados para el Gobierno y los oradores importantes, forzaron una división que el programa intentó superar. Pero el trabajo en red, esencial para aprovechar la presencia de tantos representantes de distintos grupos de interés, tuvo que realizarse en el exterior, con lo que muchos asientos del público quedaron vacíos durante largos tramos.
La conferencia alcanzó su punto álgido cuando los representantes de la sociedad civil dieron ejemplos de cómo estaban abordando el atroz problema de la contaminación, por ejemplo, mostrando el caso de la isla griega de Tilos, que se había enfrentado a la lógica del beneficio de la industria de los residuos -se habló de un sector que en conjunto mueve 1 billón de euros al año-. ¿Cómo lo hicieron? Centrándose en el comportamiento humano y las estructuras de incentivos. Su credo era la convicción de que los seres humanos no se dedican principalmente a consumir, sino a vivir bien y disfrutar. Para ello se fijaron el objetivo de cero residuos en vertederos nocivos. Así, establecieron el pago por los residuos evitados, reciclando o upcycling en la medida de lo posible. Cuando esa fase inicial pareció llegar a su límite, se pusieron en marcha iniciativas de educación ciudadana sobre los residuos. Según el informe, eso redujo otro 30% de los residuos. Se centró en comprar menos, desperdiciar menos y utilizar mejor los alimentos y otros productos. La transparencia y la rendición de cuentas sobre la cantidad y calidad de los residuos redujeron las cantidades y generaron un consenso social, en lenguaje moderno una licencia social para operar. En el momento de la conferencia ya no va nada al vertedero y el 13% restante se incinera mientras no se encuentre otra solución.
Las tres iniciativas educativas juveniles fueron sin duda las más destacadas, sobre todo MAREVIVO, presentada por su líder, Rosalba Giugni, que irradia una energía increíble. Rosalba Giugni expuso un sinfín de ejemplos de cómo su organización ha conseguido la participación de los jóvenes, las escuelas y otras organizaciones de la sociedad civil en los últimos 35 años en pro de la alfabetización y la protección de los océanos. Insistió en que los más jóvenes se asombran cuando aprenden sobre el océano y los organismos marinos, pero que un vacío en los planes de estudios es una oportunidad perdida para aprovechar esa experiencia en las clases superiores. Por ello, insistió en la necesidad de que la próxima legislación educativa corrija este grave fallo.
Este evento de alto nivel ha sido organizado por la Comisión Europea en estrecha colaboración con el Gobierno italiano, la Región de Sicilia y la Universidad de Palermo, con el apoyo de la Acción de Coordinación y Apoyo BlueMissionMed del Programa Marco de Investigación Horizonte 2020. El programa con los ponentes previstos está disponible aquí. Mundus maris asistió en línea.