Anunciado con cierta fanfarria y orgullo por la expansión en curso en los números y el alcance de las pesquerías certificadas, el Marine Stewardship Council (MSC) invitó a una discusión en el podio en la sobrecogedora Brussels Seafood Fair, del 24 al 26 de abril de 2018. Más expositores que siempre están compitiendo por negocios a pesar de, o quizás debido a, una producción que se reduce a nivel mundial. ¿Tantas pesquerías más repentinamente se vuelven sostenibles?
Veinte años atrás, el MSC había sido creado por la WWF y el gigante alimentario Unilever como un organismo independiente destinado a construir un puente entre la industria y las comunidades de conservación de la naturaleza. Su mandato era ayudar a los consumidores a tomar decisiones responsables en la compra de pescados provenientes de pesquerías con capturas sostenibles. Se había establecido un elaborado y oneroso sistema de evaluadores y certificadoras independientes. Esto, sin duda, tuvo originalmente algunos buenos efectos cambiando algunas prácticas nocivas en las industrias bajo revisión.
Pero pronto comenzaron a aparecer grietas. El MSC no estaba ganando su dinero a menos que se certificaran más pesquerías y recibiera las regalías de los minoristas, cadenas de super mercado, etc., por permitirles el uso de su etiqueta azul. Las certificadoras "independientes", como Bureau Veritas y otras, que crearon grandes pruebas documentales, eran efectivamente pagadas por las pesquerías que buscaban la certificación. A la sociedad civil y los grupos conservacionistas que, mediante un proceso, podían expresar sus reservas y solicitar la validación de pruebas dudosas o resultados desafiantes, se les pidió, más recientemente, asumir los substanciales costos de la contra-pericia. ¿Cómo puede ser?
¿Dónde nos encontramos con la certificación de sostenibilidad?
Una evaluación científica independiente de pesquerías del Atlántico nororiental, para la que se disponía con suficientes datos, y publicada en 2016, ya apuntaba hacia una configuración caracterizada por un conflicto de intereses de carácter estructural. Esto había llevado las certificaciones injustificadas, nuevas o mantenidas, a más del 30% de los casos (10 de 31). El estudio encontró que no se retiró la certificación, en varios casos, a las pesquerías que no cumplían las condiciones establecidas para mantener la etiqueta, que inicialmente se había concedido como una especie de "incentivo" para cumplir con los criterios de sostenibilidad. Los criterios de certificación más esenciales son:
- no a la sobrepesca - efectivos sostenibles
- pesca de bajo impacto, con un mínimo daño al medio ambiente y a los ecosistema
- buen manejo.
El documental sobre el lado oscuro del MSC, puesto en escena en el primer canal de televisión pública alemana la noche anterior a la feria de alimentos marinos, ilustró poderosamente la erosión del mandato original, que confiere realmente ventajas comerciales injustas a las empresas que no respetan las reglas. En particular, esto se siente fuertemente en países como Alemania, Suiza, Reino Unido y Austria donde los principales minoristas de alimentos ya proveen la mayoría de sus productos en base a la etiqueta azul. Más de un millón de personas vieron el documental y estaban preocupadas de que ya no pudieran confiar más en el MSC.
Durante el panel de debates, el jefe del MSC Rupert Howes explicó que el MSC no debería establecer la barra por encima de lo que la industria pudiese lograr, y que era más importante lograr pequeñas mejoras incrementales en una gran parte de la industria que insistir en todos los criterios originales que no se cumplirían o no se podrían cumplir. El panelista Thor Bjørklund Larsen, de Noruega, llamó la atención sobre el ya alto costo del proceso de certificación, con lo que solamente pesquerías subsidiadas de países ricos podrían satisfacer el aumento de los obstáculos comerciales respecto a todos los demás en el mercado mundial.
Eso, evidentemente, plantea la cuestión de la continuidad de la utilidad del MSC, si se estuvieran dando por vencidos en el impulso hacia la sostenibilidad en las pesquerías, aparte del abuso mencionado en la confianza de los consumidores. Los participantes no consiguieron una respuesta sobre esta cuestión fundamental y se fueron con un sentimiento de duda, especialmente a la luz de la reiterada ambición de Nicolas Guichoux, del MSC, de ampliar la certificación por todos los medios al 30% de las pesquerías mundiales hacia 2030.
La coalición "Make Stewardship Count"
La rápidamente creciente coalición de organizaciones conservacionistas y personas interesadas, que colaboran en la reforma del MSC a través de la plataforma “Make Stewardship Count” (Haga el recuento de la administración, literalmente traducido), ha crecido a 76 socios. Realizaron un estudio representativo de consumidores en varios países donde la etiqueta azul tiene fuerte presencia. Eso demuestra claramente que los consumidores quieren garantizar la sostenibilidad y, por lo tanto, buscan la etiqueta. Su confianza no debe decepcionarse. La coalición “Haga el recuento de la administración” emitió inmediatamente un comunicado de prensa para compartir y comentar lo esencial de la encuesta.
Esa es una gran responsabilidad para el propio MSC y para los minoristas de alimentos marinos, de asegurarse de no abusar de la confianza y las expectativas de los ciudadanos y consumidores. Los minoristas quedan bien aconsejados para exigir que el MSC cumpla con su promesa original, o que arriesguen clientes descontentos.
También es una llamada de alerta para que las autoridades públicas no evadan la responsabilidad de establecer las normas fundamentales y de aplicarlas, dado que el "mercado" claramente no resuelve el problema de la sobrepesca por sí mismo. Por el contrario, lamentablemente, la competencia mundial y la aplicación laxa de las normas vigentes están llevando a prácticas cada vez más criminales, las cuales han llevado a la Interpol a crear una unidad especial para luchar contra la delincuencia transfronteriza organizada en la pesca y los crímenes a menudo conexos en tráfico de personas, armas y drogas.
Sustenibilidad no es todavía un factor tangible en la feria "Brussels Seafood Fair"
Vagando a lo largo de las filas casi interminables de los estands de las empresas y viendo a los hombres de traje juntando sus cabezas en la negociación, pocos eran las casetas poniendo énfasis en las capturas sostenibles, de bajo impacto. El poder de la maquinaria, de la frescura, del gusto y de la agradable presentación visual eran las tarjetas de triunfo en los estands. Estos son sin duda buenos criterios. Pero usted se preguntará por qué sostener una buena y saludable futura producción no juega un papel muy visible en la forma en que las empresas, regiones y países se presentan ante los ojos críticos y de expertos del público comercial.
Uno puede preguntarse, de donde provienen las materias primas de todos los productos ofrecidos a la venta por los incontables estands chinos, coreanos, turcos, españoles y de otros países. Es simplemente imposible que todas ellas provengan únicamente de sus propias aguas.
Nuestra propia investigación sobre terreno en Africa occidental y la sustancial labor publicada por el proyecto Sea Around Us sobre la reconstrucción de capturas reales, en comparación con las que los países reportan a la FAO, sugieren que muchas de estas capturas no se contabilizan. Cuando son hechas por flotas de altura, que pueden transbordar en el mar fuera de la vista de las autoridades de los países en desarrollo, uno no puede sino preocuparse por lo que eso significa para los medios de subsistencia de los pescadores locales en pequeña escala y la seguridad alimentaria de millones.
Por supuesto, el lado oscuro de la industria está ingeniosamente escondido detrás de las pantallas estéticas y sabrosas picadas, o discretas recepciones en el edificio de catering. Acabamos de tropezar con un ejemplo, la congeladora Velazquez S.A. de C.V. de México mostrando a la venta sus alimentos marinos congelados a compradores interesados. Por supuesto, este no era el lugar para mencionar que un cargamento de aletas de tiburón congeladas, que incluía una parte sustancial de aletas de especies protegidas por CITES, acababa de ser interceptado en el aeropuerto de Frankfurt, mientras que la mayor parte de dos toneladas fue entregada obedientemente a su destino asiático. ¿Cuántos de estos depredadores de crecimiento lento han sido sacados del ecosistema que normalmente mantienen en jaque? Dos toneladas de aletas hacen una considerable cantidad de tiburones enteros, pero esto es, en el mejor de los supuestos, la punta del iceberg proverbial del aleteo de tiburón que está sucediendo en los mares.
Texto y fotos por Cornelia E Nauen. Traducción por Marcelo L. Morales Yokobori.